El Ayuntamiento de Palencia permitirá que los hosteleros saquen excepcionalmente, y durante eventos como puede ser la Eurocopa de fútbol, los televisores a las terrazas autorizadas, advirtiendo que el permiso será revocado a aquellos establecimientos que ocasionen molestias a los vecinos o incumplan con la autorización.
Esta decisión, que fue adoptada durante la reunión mantenida por el Alcalde de la ciudad, Alfonso Polanco, acompañado por los ediles de Urbanismo, Organización y Personal, Tráfico y Festejos, con la directiva de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Palencia -AEHP-, encabezada por su presidente, José Antonio León, será extensiva no sólo a los miembros de esta entidad sino a todos los hosteleros de la ciudad, estén asociados o no, comprometiéndose, además, a realizar la relación de peticiones y pasárselas al Consistorio.
Asimismo, durante este encuentro también se puso sobre la mesa la organización de la Feria de Tapas de San Antolín, explicándoles la concejal de Festejos, Ana Rosa García Benito, que el pliego de condiciones para su gestión, creado a partir de las aportaciones de las dos asociaciones de hosteleros que hay en la ciudad -AEHP y APH- y de la propia Policía Local, se llevará a la Comisión Informativa de Cultura, Turismo y Fiestas que tendrá lugar el próximo martes día 19 de junio y que a partir de ese momento se establecerá un período de 7 a 10 días para la presentación de propuestas.
Finalmente se expuso por parte de la concejal de Urbanismo, María Álvarez, la postura que el Ayuntamiento capitalino mantiene con respecto a la modificación de la Ley del Ruido que deroga la obligación de cumplir la distancia de 25 metros entre establecimientos. A este respecto, Álvarez dejó claro que a expensas de que la Junta de Castilla y León, que es la entidad competente al respecto, dictamine de forma más concreta lo que supone este cambio, el Consistorio, en su afán por favorecer la implantación de cualquier tipo de actividad económica en la ciudad, va a mantener las zonas calificadas como saturadas tal y como están y darán libertad absoluta en el resto, poniendo un límite -todavía por establecer- en el número de establecimientos a partir del cuál esas hipotéticas zonas pasarían a considerarse también como saturadas.